AnaCami, México
Sin duda la vida cambia en un segundo y te das cuenta que la salud de un hijo es lo más valioso que una persona puede llegar a tener en la VIDA y no hay nada que se le compare ni tantito; han sido cosas tan fuertes y creo que sin FE no lo hubiéramos logrado nunca. Me queda claro que Dios no nos manda nada que no podamos soportar aunque parezca IMPOSIBLE y nos sintámonos débiles, impotentes que vamos caminando por un túnel sin Luz ni salida, ahí donde no hayamos de dónde agarrarnos y pareciera que no saldrá la luz, en ese lugar Dios te toma de la mano y sin soltarte te guía si tú lo permites.
Hace unos meses recibimos la peor noticia, a Cami le detectaron 2 tumores en sus ojitos bonitos, lo cual es cancer, nos dijeron que empezarías con tratamiento de quimioterapia y termoterapia, tuvo su primera cirugía para que se le pusiera un catéter.
Intenté explicarle a Cami que nos quedaríamos algunos días en el hospital y todo lo que iba a suceder pero a veces era muy difícil que ella cooperara, y claro que era normal, pues era una bebé de 11 meses.
Definitivamente, este tipo de noticias, desmoronan las expectativas, planes e ideas de cómo serían tus siguientes meses de vida. Para nosotros como papás fue un proceso muy difícil de entender (y como mamá, es aún mucho más difícil) que ese era el plan que Dios tenía para ti. Pasar con tu bebé cada proceso que va teniendo de estudio tras estudio, te rompe pero te hace más fuerte.
Sin embargo, una vez atravesando el proceso de aceptación, siempre estuvimos dispuestos a dar nuestro 120 por ciento en lo que fuera necesario aprender o hacer para poder apoyarla, acompañarla y brindarle lo suficiente para atravesar este proceso.
Lo que es una realidad es que este camino se fue iluminando con ÁNGELES que nos marcaron la ruta. Esos faros en el océano nos indicaron el camino que debíamos seguir.
Queremos agradecerle a nuestra familia, amigos y a toda la gente que a estado cerca de nosotros, orando y al pendiente en cada parte de este proceso, que no nos han dejado ni un segundo, y por supuesto también a los doctores y enfermeras que han puesto todo de su parte, para que esta lucha se acabe.
Por último, quiero darle las gracias a mi AnaCami, por darme la dicha de ser su mamá, es la guerrera más grande, mi niña tan llena de LUZ, FUERZA Y VALENTÍA, eres un ejemplo para todos los que te rodeamos en todos los sentidos. Vamos juntos de la mano para seguir luchando que nos falta poquito para llegar a la meta.